Entre brindis y agendas.
Ahora que estamos festejando la Navidad, el Año Nuevo y
otras festividades según la religión practicada es una momento de recordar y
mantener nuestros hábitos para continuar enfocados y productivos sin perder el
contacto con los que nos rodean.
La temporada festiva es un periodo de alegría, descanso y
reuniones familiares, y se puede convertir en un gran desafío para los que
deseamos mantenernos productivos y en equilibrio emocional. Entre las cenas,
las celebraciones y las vacaciones, ¿cómo podemos ser productivos sin perder el
enfoque, sin agotar nuestra energía y sin descuidar nuestra salud mental y
física? Aquí comparto algunas estrategias basadas en mi experiencia profesional
y mi desarrollo personal, pudiendo disfrutar de estas fiestas de manera plena y
al mismo tiempo, cuidarnos a nosotros mismos.
Vamos por el primer punto que considero el más
importante.
Uno de los pilares del desarrollo personal es aprender a
decir “no” de manera respetuosa y firme. Las fiestas suelen traer consigo
muchas invitaciones, compromisos y expectativas sociales, y es fácil sentirse cansado,
estar corriendo de acá para allá. Mucho movimiento y poco rendimiento. Ante este exceso te invito a establecer
límites claros, para evitar el agotamiento y el estrés. En lugar de aceptar
todo, elige las actividades que realmente te nutren y te hacen sentir bien.
Este es un acto de autocuidado y auto-respeto. No todo encuentro necesita
ocurrir en esta fecha, dispondremos de todo un año para realizarlo.
Consejo
práctico: Preparar una lista de las actividades que realmente queres hacer en estas fiestas.
Evaluar las opciones y decidir cuáles contribuyen a tu bienestar y crecimiento
personal. Al sentir que un compromiso no te aporta valor o te estresa, es
totalmente válido declinarlo y auto cuidarse.
Vamos al segundo punto: Diseñar tu agenda con intenciones
claras.
Las fiestas son sinónimo de descanso, placer, relax, sin embargo no significa que tu vida
debe dejar de tener estructura. Podes permitirte disfrutar de los momentos festivos y también mantener un equilibrio para evitar la
sensación de descontrol. Planifica algunas actividades de productividad o
desarrollo personal dentro de tu agenda y esto te ayudará a mantenerte
enfocado. Mi sugerencia es que planifiques con moderación.
Consejo
práctico: Establecer bloques de tiempo para tus tareas más importantes,
debe incluir tiempos para ti mismo. ¿En qué emplearas esos tiempos? Serán tus momentos de meditar, leer o hacer
ejercicio. La clave es la flexibilidad: permite que tus planes sean flexibles
en vez de rígidos.
El tercer punto es vivir sin culpa durante las fiestas (y el
resto del año)
Dado que puede ser un periodo donde descuidamos nuestras
rutinas de cuidado personal, ya sea por las tentaciones alimenticias o la falta
organizar efectivamente el tiempo, el l cuidar de tu bienestar físico y
emocional es crucial para que puedas disfrutar de las festividades sin sentirte
agotado o desbordado. Para evitar, como ya me ha sucedido, estar durmiéndome al
momento que todos están brindando y compartiendo sus mejores deseos y abrazos.
Consejo
práctico: Practica el autocuidado en pequeñas dosis. Por ejemplo: un
baño relajante, una caminata al aire libre o incluso unos minutos de
respiración profunda. Estas pequeñas acciones te ayudarán a mantener tu energía
alta y la mente clara. Recuerda que el autocuidado no es un lujo, es una
necesidad. ¡Que sea parte de tu agenda ciariamente!
El cuarto punto: Conecta contigo y con lo que te llena de energía
Esta época del año es una oportunidad para reflexionar sobre
lo que has logrado, lo que deseas seguir
cultivando, lo que ya no es relevante. Al aprovechar estos momentos de pausa, puedes
hacer una revisión de las metas personales y profesionales, colocar en la
agenda momentos para celebrar los logros y para ajustar cualquier área que
necesite atención. Es importante que no solo te enfoques en lo externo sino
que uses este tiempo para reconectar con
tu propósito y tus valores.
Consejo
práctico: Dedica unos minutos cada día a la reflexión. Puedes hacerlo
con un diario o mediante meditación. Esto te ayudará a recargar tu energía
interna y a mantenerte centrado durante las festividades.
Mi experiencia
personal es que el diario te permite evaluar tus progresos y deja registro de
los aprendizajes. Las meditaciones son esa recarga energética para conectar con
nosotros diariamente y destrabar las emociones escondidas evitándonos
enfermedades y stress.
Ahora, recorriendo el quinto punto, te sugiero: Disfrutar
del momento presente
Entre fiesta y trabajo es fácil caer en la trampa de la
sobrecarga mental, pensando constantemente en lo que falta por hacer o en lo que
vendrá después. Ser productivo no solo significa trabajar, también incluye disfrutar
y aprovechar las oportunidades de descanso y recreación. La productividad se
nutre de la atención plena, de estar presente en lo que hacemos.
Consejo
práctico: Practica la atención plena. Al estar con amigos y familia,
disfruta del momento, saborea la comida y celebra los logros del año con auténtica
gratitud. Estos momentos de conexión son tan importantes como los de
productividad. En realidad son el puente conector con la productividad tan
deseada.
Este punto es uno de mis grandes desafíos: Equilibrio entre
el trabajo y el descanso
Existe la tentación de caer en el exceso de descanso o de
hacer todo lo que no se ha hecho en el resto del año. Por eso encontrar un
equilibrio es clave. Es importante combinar tiempo de descanso con momentos
para avanzar en proyectos personales o profesionales que te apasionen, sin
agobiarte. Todo lo que se quiere debajo
del cielo, tiene su hora.
Consejo
práctico: Si trabajas durante las fiestas, establece horarios flexibles
y marca límites claros entre el tiempo de trabajo y el de descanso. No te
exijas más de lo necesario, pero tampoco te sumerjas en la inactividad total,
porque recobrar el momentum requirirá mucho esfuerzo personal.
¿Quién está dispuesto a: Permitirse disfrutar sin presión?
Nuestro séptimo punto.
En el camino del desarrollo personal es necesario aprender a
disfrutar sin sentirse culpable. La productividad no siempre está ligada a la
constante acción. La productividad emocional y espiritual viene de disfrutar el
proceso, de permitirte descansar y de experimentar el placer de estar con los
demás sin tener que hacer algo extraordinario. Aprender a relajarse, dejarse
llevar por la interacción con la gente querida puede darnos un ímpetu desconocido
a la hora de enfocarnos.
Consejo
práctico: Relájate y disfruta sin pensar que estás perdiendo el tiempo.
La productividad también radica en poder estar en paz contigo mismo y saber
que, al final, esos momentos de conexión son los que realmente recargan tu
energía para el futuro.
Y ya finalizando este artículo, deseo agregar que las
fiestas son la oportunidad para integrar descanso, disfrute y desarrollo
personal en nuestras vidas. Necesitamos una planificación consciente y una
comunicación clara con nosotros y los demás de nuestros límites y así podremos
disfrutar del espíritu festivo sin perder nuestra productividad ni nuestro
bienestar.
La clave para encontrar
un balance saludable radica en ser tan amables con nosotros como lo somos con
los demás.
Brindo por ti, por tus logros, tus aprendizajes y tus
sueños. Sobre todo brindo porque estás cuidándote que es la única manera de cuidar
mejor a los demás.
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