Salvavidas en 5´
He estado muy ocupada los últimos 15 días. Terminaba una tarea, pasaba a la siguiente y luego a la otra hasta cierto horario en que finalmente decidía descansar. Era jornadas de muchas horas sin interrupciones. Perfecta sincronía.
Requirió esfuerzo, voluntad y organización.
Incluyó compras, gimnasio, trabajo, estudio, trámites, responder mensajes, comunicarme con la familia.
Para poder realizar todo esto tuve una gran ayuda.
Esos momentos a la mañana, donde está todo en silencio y comienzo el día, con una vista al verde maravillosa y también al cielo, escuchando los pájaros mientras me levanto, y leyendo algo inspirador, motivador durante el desayuno.
A veces un video, en vez de una lectura.
El alimento para el cuerpo poco aprovecha si no hay alimento para el alma.
Nuestro cuerpo va a ser el portavoz de nuestra alma silenciada, así que aprender a escucharnos nos permite visitar menos al médico, y más a los amigos, los afectos en nuestra vida.
Este hábito me ha mantenido a flote en momentos de cambios importantes, de alegría, de pérdida y hasta de tristeza.
En todo tipo de circunstancias, esos momentos a solas con mi Creador, donde puedo escuchar el suave susurro de Su voz en mi interior son los que me guían por el camino que diariamente emprendo.
Las pocas veces que no lo hice vivencié caos, insatisfacción y mucho esfuerzo para deshacer el error y hacer que las cosas funcionaran nuevamente.
Así que si tu día es caótico, a los 10 minutos de abrir los ojos ya están regañando a alguien a o a tu amigo del otro lado del espejo, solo resintiendo hechos que ya sucedieron y que no hay posibilidad de cambiar.... que tal probar este nuevo hábito de tan solo 5´.
Una música inspiradora, ya sea clásica, ya sea instrumental, una lectura y esos minutos a solas para realmente escuchar tu voz interior.
Probablemente te guste tanto que extiendas ese tiempo. Yo lo hice!!!
Es mas, si sé que mi día es muy ocupado o tengo un compromiso temprano, me levanto antes para disfrutar de mi rutina salvavidas en vez de posponerla.
Te invito a navegar por las mansas aguas del silencio, la oración y el encuentro con tu yo interior en las primeras horas del alba, para que navegues con el viento adecuado, haciendo tu travesía efectiva y serena; disfrutando la brisa, el panorama y la compañía de los demás tripulantes. Dios está al control y tu también puedes estarlo.
Y el día que finalmente llegues al Puerto, al final de la travesía, podrás sentir que lo mejor de todo no es el destino sino la manera en que viajaste.
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